El precio, factor clave para el futuro de los alimentos de origen vegetal en España

Aunque cada vez más personas apuestan por opciones más sostenibles y saludables, el precio sigue siendo una barrera clave.

7 julio 2025

Los últimos datos del mercado minorista de alimentos de origen vegetal en España confirman que el precio es hoy el factor central que condiciona las decisiones de compra de los consumidores. Si queremos que este sector despliegue todo su potencial —aportando beneficios para la salud, el medio ambiente y la economía— es crucial que tanto la industria como las administraciones públicas trabajen para reducir los precios, al mismo tiempo que se mejora el sabor y la calidad de estos productos.

Aunque el mercado ha crecido en valor y volumen, las cifras muestran que el consumidor español sigue siendo muy sensible al precio, especialmente tras años de alta inflación que han encarecido la cesta de la compra. Para que los alimentos vegetales puedan consolidarse y competir en igualdad de condiciones con sus equivalentes de origen animal, es necesario impulsar el acceso a infraestructuras de producción industrial, fomentar las economías de escala y facilitar un entorno que permita a las empresas del sector ofrecer productos más asequibles.

Una demanda creciente, con el precio como barrera

En 2024, el mercado minorista español de alimentos de origen vegetal alcanzó un valor de 491 millones de euros, con un crecimiento del 9,8 % en volumen respecto al año anterior. Este aumento indica que la demanda es real y va más allá de un mero efecto de inflación. Los consumidores siguen apostando por este tipo de productos por sus beneficios para la salud y el medio ambiente.

Según la encuesta Smart Protein de 2024, los españoles desean tener un mayor acceso a alimentos de origen vegetal, principalmente por razones de salud. Sin embargo, el precio (41 %) y la falta de información (29 %) son las principales barreras que limitan su incorporación a la dieta diaria.

Los datos de Circana, analizados por GFI Europe, confirman esta tendencia: el precio sigue siendo un factor determinante en las decisiones de compra, en un contexto donde el poder adquisitivo de las familias españolas se ha visto afectado por una inflación alimentaria persistente.

Dos ejemplos para entender cómo el precio impulsa o frena la revolución vegetal

El recorrido de los alimentos de origen vegetal en España muestra claramente cómo el precio puede acelerar o frenar la adopción de estas alternativas. Dos de las categorías más relevantes, la leche vegetal y la carne vegetal, ofrecen hoy ejemplos muy distintos.

Por un lado, las leches y bebidas vegetales han logrado una fuerte consolidación en el mercado. En 2024, casi la mitad de los hogares españoles compraron este tipo de productos, que representan ya cerca del 10 % de las ventas totales de leche en España. Estos datos demuestran que, cuando el precio se aproxima al de los productos convencionales y el consumidor está familiarizado con la categoría se hace posible una adopción generalizada.

El avance ha sido posible en parte porque el diferencial de precio con la leche de origen animal se ha reducido de forma progresiva: del 41 % en 2022 al 24 % en 2024. Además, la frecuencia de compra sigue aumentando: un 17,1 % de los hogares adquirió leches y bebidas vegetales más de 12 veces al año.

Por otro lado, la carne vegetal sigue enfrentándose a importantes barreras de precio. En 2024, el precio de la carne vegetal era un 114 % superior al de la carne convencional. Esta diferencia ha limitado su crecimiento en un contexto de elevada sensibilidad al precio por parte de los consumidores. Durante el pico de inflación alimentaria en 2023 (16,6 %), las ventas de carne vegetal disminuyeron, mientras que las marcas blancas, más asequibles, ganaron cuota de mercado (del 42,5 % en 2022 al 52,4 % en 2023).

A día de hoy, aunque la inflación se ha moderado, los consumidores españoles siguen priorizando el factor precio en sus decisiones de compra de carne vegetal. Sin una reducción significativa del coste para el consumidor final, esta categoría difícilmente podrá alcanzar su verdadero potencial.

Los beneficios públicos de los alimentos de origen vegetal

Más allá del mercado, los alimentos de origen vegetal tienen un enorme potencial para contribuir a objetivos de interés público.

Desde el punto de vista de la salud, sustituir carne convencional por alternativas vegetales puede ayudar a reducir el colesterol LDL (‘malo’) y a controlar el peso, con beneficios directos para la salud pública y el bienestar de la población. Esto también puede aliviar la presión sobre el sistema sanitario, reduciendo enfermedades relacionadas con la dieta.

En el ámbito medioambiental, el impacto es aún más notable. Se estima que sustituir productos de origen animal por alternativas vegetales puede reducir las emisiones de gases de efecto invernadero entre un 80 % y un 90 %. Además, la producción de carnes vegetales consume un 90 % menos de agua que la producción de carne convencional, un aspecto especialmente relevante en España, donde el agua es un recurso escaso y cada vez más vulnerable al cambio climático.

Otro beneficio importante es el uso más eficiente del suelo agrícola. Actualmente, en torno al 63 % de la superficie agrícola disponible en España se destina a la producción de alimentos de origen animal, tanto para la cría de ganado como para el cultivo de piensos. Una mayor adopción de alimentos vegetales permitiría liberar parte de esta superficie para cultivos dirigidos directamente a la alimentación humana, ofreciendo nuevas oportunidades para el sector agrícola de nuestro país.

¿Qué pueden hacer las administraciones y el sector privado para abordar el reto del precio? 

El sector de la carne vegetal en España está compuesto en gran medida por empresas emergentes e innovadoras. Muchas de estas startups se enfrentan a dificultades de acceso a infraestructuras industriales que permitan la producción a gran escala. Sin este acceso, es difícil aprovechar las economías de escala necesarias para reducir costes y ofrecer precios más competitivos.

Además, el capital privado suele mostrarse reacio a asumir los riesgos asociados a inversiones en infraestructuras nuevas. Sin un apoyo decidido, muchas empresas seguirán produciendo a menor escala y con costes elevados, limitando su capacidad para competir en el mercado.

Las administraciones públicas tienen un papel fundamental para desbloquear este potencial. Facilitar el acceso a infraestructuras industriales de escalado es la medida más efectiva para permitir que las empresas del sector reduzcan precios y amplíen su presencia en el mercado.

Además de apoyar la innovación y el crecimiento del sector, estas inversiones pueden contribuir a la reindustrialización del país, aprovechando infraestructuras infrautilizadas y revitalizando el tejido industrial. Desde GFI Europe hemos publicado recientemente un informe que analiza diferentes modelos de colaboración público-privada que ya están funcionando en Europa y que podrían ser replicados en España tanto a nivel nacional como autonómico.

Impulsar estas colaboraciones no solo facilitará el crecimiento del sector, sino que también permitirá que los alimentos de origen vegetal sean más accesibles para todos los consumidores, contribuyendo así a una dieta más saludable, sostenible y asequible para el conjunto de la sociedad.