Proteínas alternativas en España
España tiene un gran potencial para convertirse en un caso de éxito en el avance de las proteínas alternativas como una opción innovadora para nuestra dieta y nuestra tradición culinaria.
Nuestro país es ya el tercer mercado más importante de la Unión Europea en este sector, habiendo crecido un 9% entre 2020 y 2022 y suponiendo ya un valor de 447,4 millones de euros. Además, España cuenta con unas características únicas, como un tejido agroalimentario robusto, un sector exportador potente y un ecosistema FoodTech vibrante, que ponen a nuestro país en una posición privilegiada para convertirse en un gran caso de éxito en el sector de proteínas alternativas europeo y global.
Como tercer mercado más importante de la Unión Europea, España ocupa una posición privilegiada para poder convertirse en un caso de éxito en Europa y en el mundo en el desarrollo de las proteínas alternativas. Las señales que están enviando los consumidores en
nuestro país son claras y, según una reciente encuesta de OpinionWay, el 47% de los españoles ya consume carne de origen vegetal al menos una vez al mes, y el 24% tiene intención de incrementar su consumo de este tipo de productos en el futuro próximo.
Además, España cuenta con empresas punteras en el desarrollo de proteínas alternativas, tanto en el desarrollo de carne vegetal como de carne cultivada, así como en los procesos de fermentación de precisión. Según el ICEX, nuestro país cuenta con un ecosistema FoodTech muy dinámico que permite que el sector de las proteínas alternativas pueda crecer y aportar valor y crecimiento a nuestra economía de forma más decidida que en otros países. No en vano, contamos con 30.000 empresas, 420 startups y más de 20 centros de investigación y 50 universidades especializados en este sector puntero.
Sin embargo, todavía existen cuellos de botella clave en I+D e innovación y de infraestructura que deben abordarse para garantizar que las proteínas sostenibles puedan ofrecer la misma experiencia que la carne y los productos lácteos convencionales a un precio que sea accesible para la mayor cantidad de consumidores posible en nuestro país, y que pueda satisfacer la creciente demanda de estas opciones sostenibles.
Por ello, es importante que el Gobierno de España y los diferentes gobiernos autonómicos apuesten de forma clara por el sector de proteínas alternativas, que no sólo puede suponer importantes beneficios ambientales, económicos y de slaud pública, sino que también puede aportar importantes claves para el desarrollo de nuestras zonas rurales y despobladas y para asegurar un futuro más sostenible e innovador para la actividad agrícola.