Carne cultivada
Tu guía sobre la ciencia, el sector y la regulación de la carne cultivada en Europa.
¿Qué es la carne cultivada?
La carne cultivada aspira a ser exactamente la misma que la carne de ternera, de cerdo, de pollo o que el marisco que comemos hoy en día, pero cultivada a partir de células, en lugar de mediante ganadería.
¿Por qué necesitamos carne cultivada?
En comparación con la producción de carne convencional, la carne cultivada tiene el potencial de utilizar menos recursos, reducir las emisiones de metano, la deforestación, la pérdida de biodiversidad, la utilización de recursos hídricos, la contaminación del agua, la resistencia a antibióticos, y las enfermedades alimentarias.
Un reciente estudio revisado por pares realizado por CE Delft, el primero basado en datos de empresas de carne cultivada, concluyó que, en comparación con la ganadería, cultivar carne a partir de células animales podría:
- Reducir el impacto climático de la carne en hasta un 92%.
- Reducir la contaminación del aire en hasta un 94%.
- Utilizar un 90% menos de superficie agrícola.
Todo ello en comparación con un escenario muy optimista para 2030, en el que los ganaderos habrían conseguido reducir la huella de carbono de la carne en un 15% (para la ternera), un 26% (para el cerdo) y un 53% (para el pollo). Sin embargo, si lo comparamos con los impactos ambientales que de media observamos hoy en día, los beneficios de la carne cultivada son incluso mayores.
Además, si aprovechamos el uso más eficiente del suelo que permitiría la carne cultivada para fomentar prácticas agrícolas sostenibles, para compensar a los agricultores por ampliar sus sumideros de carbono o para favorecer prácticas más extensivas, los impactos positivos sobre el medio ambiente y el cambio climático podrían ser incluso mayores.
La carne cultivada se produce en entornos limpios sin animales y sin riesgo de exposición a patógenos fecales, por lo que no requiere el uso de antibióticos. Por tanto, estos alimentos ayudan a reducir el riesgo de enfermedades zoonóticas, prevenir infecciones alimentarias y reservar así el uso de antibióticos para la medicina.
La carne cultivada podría expandir las opciones existentes para los consumidores, ofreciendo los productos cárnicos que la gente demanda producidos de una forma más sostenible, segura y justa.
¿Cómo se hace la carne cultivada?
Cultivar carne es similar al cultivo de plantas a partir de esquejes en un invernadero, que proporciona calor, suelo fértil, agua y nutrientes a la planta para que pueda crecer. Con este nuevo método, se permite el crecimiento natural de las células, pero en un entorno más eficiente.
¿Cuándo estará disponible la carne cultivada en Europa?
El 2 de diciembre de 2020, Singapur se convirtió en el primer país del mundo en aprobar la carne cultivada para comercialización, seguido de Estados Unidos en junio de 2023. El hecho de que la carne cultivada haya superado este riguroso proceso de aprobación evidencia que será parte de un futuro seguro y sostenible de la alimentación. Sin embargo, es muy probable que aún quede tiempo para que los consumidores españoles puedan comprar carne cultivada en el supermercado. Lo que tarde eso en pasar dependerá en gran medida de la apuesta que los gobiernos hagan por invertir en I+D de acceso libre.
Antes de que la carne cultivada pueda comercializarse en Europa debe ser aprobada por los reguladores. En la Unión Europea, una vez que esos regulaodores dan su luz verde a un producto de carne cultivada, este producto ya puede comercializarse en los 27 Estados miembros. El proceso de aprobación conlleva una evaluación concienzuda y basada en evidencia de la seguridad y el valor nutricional de la carne cultivada, y se estima que se extienda durante al menos 18 meses.
Muchos gobiernos europeos fuera de la UE tienen sistemas similares a este. Aunque aún no se han recibido solicitudes en la Unión Europea, en 2023 sí se recibieron solicitudes para comercialización en Suiza y en el Reino Unido.
GFI Europe trabaja con las autoridades nacionales y europeas para asegurar que este proceso de aprobación para la carne cultivada es sólido, claro y basado en la evidencia.
¿Cómo podemos impulsar la carne cultivada en Europa?
La primera hamburguesa de ternera cultivada se presentó en Londres en 2013. Desde entonces, startups de toda Europa han hecho grandes avances en el desarrollo de carne cultivada, aunque se necesita inversión pública para verdaderamente transformar la producción de carne y aprovechar al máximo los beneficios sociales que ofrece la producción de carne cultivada.
La inversión del sector público en investigación de acceso libre puede abordar algunos de los problemas fundamentales existentes y fomentar el crecimiento del sector en su conjunto, en lugar del de una empresa en particular. Del mismo modo que se ha invertido en investigación y desarrollo en energías verdes, los gobiernos interesados en un sistema alimentario más sostenible deberían financiar la investigación de acceso libre sobre los alimentos de origen vegetal, cultivados y obtenidos mediante fermentación.
La investigación de CE Delft evidencia que, en 2030, los costes de producción de la carne cultivada podrían reducirse hasta los 5,73€/kg. Para conseguirlo, tanto el sector público como el privado deberían invertir de forma significativa en I+D que aborde los retos existentes en el sector. La investigación de CE Delft muestra que la mejora en el sabor, la reducción de precios y la disponibilidad de la infraestructura necesaria son elementos esenciales en los que centrarse.
La propia investigación de mercado de GFI Europe sugiere que el desarrollo de investigación específica para diferentes tipos de carne, la escalabilidad y la optimización de materias primas de la carne cultivada o la información al consumidor son también puntos vitales que abordar.
¿Por qué se llama carne cultivada?
Muchos términos se han utilizado para describir la producción de carne a través de células, desde ‘carne de laboratorio’ o ‘carne sintética’ a ‘carne sin sacrificio animal’. Sin embargo, los términos de carne de laboratorio, sintética o artificial realmente inducen a confusión. A escala, la carne cultivada se produce en cultivadores, en instalaciones similares a las de producción de cerveza o a las bodegas de vino. Todo tipo de alimentos, desde la cerveza al pan, comienzan siendo producidos en un laboratorio, pero no por ello decimos que nuestros cereales de desayuno sean ‘corn flakes de laboratorio’.
Cultivar carne puede considerarse algo similar a cultivar plantas en un invernadero, donde los esquejes crecen en un entorno que les proporciona la temperatura, el suelo fértil, el agua y los nutrientes necesarios para crecer. Un cultivador es donde se cultiva este tipo de carne. Se trata de un biorreactor que facilita el mismo proceso biológico que ocurre dentro de un animal, proporcionando esa temperatura y esos elementos básicos para generar músculo: agua, proteínas, carbohidratos, grasas, vitaminas y minerales.
Para aprovechar el enorme potencial de la carne cultivada para combatir el cambio climático, para favorecer la conservación ambiental y para contribuir a nuestra seguridad alimentaria y nuestra salud pública, los consumidores deben entender de qué tipo de producto se trata. En 2019, GFI comenzó a utilizar el término ‘cultivado’ a raíz de un gran proyecto de investigación para desarrollar una narrativa y decidir una terminología que fuera neutral, entendible y atractiva para los consumidores.
La investigación sobre terminología en varios idiomas europeos se publicó por parte de GFI en 2022, y también mostró que ‘carne cultivada’ es la terminología más apropiada en alemán, francés, italiano, inglés o, por supuesto, español. Para ello se llevaron a cabo análisis de medios, encuestas representativas y grupos focales en cada uno de los países.
La ciencia detrás de la carne cultivada
Conoce más sobre la ciencia y la tecnología detrás de la carne cultivada y sobre las brechas existentes en las que se necesita más investigación.
El negocio de la carne cultivada
El sector europeo de carne cultivada se está desarrollando rápidamente, con empresas que producen todo tipo de alimentos, desde hamburguesas de ternera a foie gras.
En 2022, las empresas de carne cultivada europeas obtuvieron financiación por un valor de al menos 120 millones de euros. Esto supone más de la mitad de lo que obtuvieron entre 2016 y 2021.
Las medidas políticas sobre la carne cultivada
La carne cultivada necesita una apuesta clara por parte de las administraciones y una aprobación para comercialización antes de que pueda aportar sus beneficios a nuestros objetivos climáticos, de salud pública y de seguridad alimentaria o autonomía estratégica.
Para ello, GFI Europe fomenta la inversión pública en la I+D de la carne cultivada, trabaja por mantener una regulación basada en la evidencia, y por tener unas reglas de etiquetado claras que permitan a los consumidores a tomar decisiones sostenibles en su alimentación.