La inversión en proteínas alternativas vuelve a crecer, pero exige nuevas vías de financiación
Las últimas cifras muestran que en 2024 las empresas europeas innovadoras dedicadas al desarrollo de alimentos plant-based, carne cultivada e ingredientes de fermentación recaudaron casi 509 millones de dólares (470 millones de euros), lo que representa un aumento del 23% respecto al año anterior.
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Además de esta inversión privada, las compañías del sector obtuvieron 68 millones de dólares (63 millones de euros) en ayudas públicas para la innovación, un incremento del 137 % respecto a 2023.
Este crecimiento refleja un cambio importante: los gobiernos empiezan a reconocer el papel que puede desempeñar la diversificación proteica en la seguridad alimentaria, y las startups se alejan progresivamente de la dependencia exclusiva del capital riesgo, que marcó la rápida expansión del sector en los últimos años.
Para mantener esta dinámica positiva, será clave acceder a nuevas fuentes de financiación y garantizar que existan mecanismos públicos que las respalden e incentiven.

El auge del sector de la fermentación
Según los datos de Net Zero Insights, analizados por el Good Food Institute y publicados en sus últimos informes sobre el estado del sector, las empresas que desarrollan alimentos e ingredientes sin origen animal mediante fermentación siguen atrayendo inversiones récord.
En particular, aquellas que trabajan con fermentación de precisión –que utiliza microorganismos como levaduras para reproducir sabores y texturas típicos de productos animales en alternativas vegetales– recaudaron 130 millones de dólares (120 millones de euros) en 2024, más del triple que el año anterior.
Las empresas europeas especializadas en fermentación de biomasa –que aplican procesos similares a la elaboración de cerveza o yogur para producir micoproteína a partir de hongos– recaudaron 129 millones de dólares (119 millones de euros), con un aumento del 10 %.
Es especialmente alentador que muchas de las mayores inversiones en este campo provinieran de fondos públicos, lo que refuerza la percepción de la fermentación como una tecnología clave para alcanzar objetivos y prioridades para el bienestar de la sociedad, como impulsar una economía circular, transformando residuos agrícolas en alimentos nutritivos.
El Consejo Europeo de Innovación (EIC), parte del programa Horizon Europe de la UE, lideró una ronda de inversión de 58 millones de dólares (54 millones de euros) para ampliar la capacidad productiva de Infinite Roots (Alemania) y preparar su lanzamiento comercial. También invirtió 15,4 millones de dólares (14,8 millones de euros) en la startup española MOA Foodtech, mientras que el gobierno francés y el banco público Bpifrance financiaron a Standing Ovation para escalar la producción de caseína mediante fermentación.
El interés por este sector parece continuar en 2025: la alemana Formo recibió un préstamo venture de 36 millones de dólares (35 millones de euros) del Banco Europeo de Inversiones, y la neerlandesa Vivici consiguió 33,7 millones de dólares (32,5 millones de euros) para establecer capacidades de fabricación a largo plazo.
El sector plant-based muestra señales de crecimiento, pero aún es inmaduro
En 2023, el sector europeo de alimentos vegetales vivió un año excepcional en términos de inversión, impulsado en gran parte por grandes rondas de financiación en empresas cotizadas. El caso más destacado fue el de Oatly, la empresa sueca de lácteos vegetales, que obtuvo 425 millones de dólares (391 millones de euros) en dos operaciones.
Sin embargo, si se excluyen estos casos atípicos y se analizan solo las empresas no cotizadas –que constituyen la mayoría del ecosistema plant-based–, la inversión en 2024 aumentó un 37 %, alcanzando los 181 millones de dólares (167 millones de euros).
Las compañías más innovadoras del sector están empezando a recoger los frutos de su trabajo en investigación y desarrollo.
La española Heura recaudó 43 millones de dólares (40 millones de euros) para mejorar el sabor y el perfil nutricional de sus productos; la francesa La Vie consiguió 27 millones de dólares (25 millones de euros) para perfeccionar sus alternativas vegetales al cerdo y lanzar nuevas líneas; y la británica THIS obtuvo 25,5 millones de dólares (23,5 millones de euros) para ampliar su catálogo.
Según el informe global del Good Food Institute, Europa es actualmente el mayor mercado del mundo para los alimentos plant-based. Datos de Euromonitor indican que las ventas minoristas de carne, mariscos, leche, yogures y helados vegetales alcanzaron los 9,7 mil millones de dólares (8,9 mil millones de euros) en 2024.
La carne cultivada necesita escalar
Las cifras relativas a las empresas europeas que desarrollan carne cultivada también se vieron distorsionadas por grandes rondas de financiación ocurridas en 2023, lo que provocó una caída general del 59 % en 2024, con una inversión total de 52 millones de dólares (48 millones de euros).
Buena parte de estos fondos anteriores se destinaron a preparar el acceso al mercado. Por ejemplo, la neerlandesa Mosa Meat recaudó 42,9 millones de dólares (40 millones de euros), mientras que Meatable recibió 8,4 millones de dólares (7,6 millones de euros) de la Agencia Empresarial de los Países Bajos.
El enfoque en la comercialización es una señal positiva, pero para que el sector europeo de las proteínas alternativas alcance su verdadero potencial, necesita diversificar aún más sus fuentes de financiación. Es imprescindible replicar y ampliar el tipo de apoyo público visto en 2024.
Nuevos mecanismos financieros para el despegue comercial
Europa aún no dispone de la infraestructura necesaria para escalar la producción de proteínas alternativas. La construcción de instalaciones piloto o comerciales puede costar entre 15 y 250 millones de euros, una cifra inalcanzable para muchas startups si dependen únicamente del capital privado.
Para aprovechar plenamente los beneficios de la diversificación proteica –en sostenibilidad, seguridad alimentaria e innovación–, gobiernos y fundaciones filantrópicas deben desarrollar nuevos instrumentos financieros.
Entre las opciones se encuentran los modelos de financiación mixta (blended finance), incluyendo garantías, subvenciones, préstamos concesionales, acuerdos de arrendamiento y mecanismos de incentivos de mercado. También pueden adoptarse políticas públicas de compra alimentaria que prioricen los alimentos sostenibles, integrar la biotecnología alimentaria en los mercados de créditos de carbono, y reducir costes mediante el apoyo a industrias complementarias, como los fabricantes de biorreactores.
Este tipo de medidas ayudaría a reforzar la confianza en el sector, atraer más inversión privada y facilitar el acceso de estos alimentos sostenibles a los consumidores europeos, contribuyendo así a una mayor seguridad alimentaria, a la reducción de emisiones y a una agricultura más respetuosa con la naturaleza.ave para construir un futuro alimentario más resiliente, innovador y sostenible.
Consulta nuestra metodología para el análisis de inversiones en empresas de proteínas alternativas.
Todas las conversiones de dólares a euros se realizaron utilizando el tipo de cambio medio de 2024, que fue de 0,9243.

Helene Grosshans
Infrastructure Investment Manager
Helene works to mobilise more capital into the alternative protein industry to finance infrastructure projects.