Nace en España el primer máster del mundo dedicado a las proteínas alternativas
La puesta en marcha del primer máster del mundo centrado exclusivamente en las proteínas alternativas marca un hito importante en el reconocimiento de este ámbito como disciplina académica en plena consolidación.
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07 Agosto 2025

El máster en “Cadenas de Valor Sostenibles para las Proteínas Alternativas”, que se impartirá en el Real Centro Universitario María Cristina de El Escorial –vinculado a la Universidad San Pablo CEU– tiene como objetivo proporcionar una base científica sólida sobre proteínas de origen vegetal, nuevas técnicas de fermentación y carne e ingredientes cultivados.
Además de abordar temas como los marcos regulatorios aplicables y las evaluaciones del ciclo de vida para dirimir la huella ambiental de estos alimentos, los estudiantes podrán interactuar directamente con investigadores y emprendedores del sector, adquiriendo habilidades prácticas clave para afrontar los retos tecnológicos actuales. El programa también contempla la realización de prácticas en centros tecnológicos y empresas del sector de las proteínas alternativas, para ofrecer una experiencia directa con las últimas tendencias del mercado.
El máster está diseñado tanto para estudiantes con formación en economía y gestión empresarial como para aquellos con estudios en ciencia de los alimentos o biotecnología. El objetivo es formar perfiles preparados para integrarse en centros de investigación, startups o grandes compañías del sector alimentario, e incluso lanzar sus propios proyectos foodtech.
La investigación académica en proteínas alternativas gana terreno en Europa
El lanzamiento de este máster coincide con un momento de fuerte crecimiento del interés académico por las proteínas alternativas en toda Europa, impulsando nuevas oportunidades de formación para los estudiantes.
Un análisis reciente del Good Food Institute Europe (GFI Europe) revela que una cuarta parte de todos los estudios científicos sobre proteínas alternativas que vieron la luz en 2023 (472 en total) se publicaron en Europa, frente a solo 19 en 2010. Además, los fondos públicos y filantrópicos destinados a I+D en este ámbito están alcanzando niveles récord.
A medida que crece la comunidad científica, también lo hace el interés estudiantil. El proyecto global Alternative Protein Project (APP), impulsado por GFI para convertir los campus universitarios en polos de innovación alimentaria, ha ido expandiéndose cada año desde su creación en 2020 y actualmente cuenta con 77 capítulos activos, 18 de ellos en Europa.
Universidades como la de Wageningen (WUR) en los Países Bajos han respondido a la creciente demanda del sector por expertos en esta área con un máster específico en fermentación de precisión. Este se suma a otros programas innovadores como Cultivated Meat and Seafood y Becoming Food: Cellular Agriculture Beyond the Lab.
Otras instituciones también están abriendo camino: University College Dublin ha introducido un módulo sobre proteínas alternativas en su programa de Ingeniería de Biosistemas; la Norwegian University of Life Sciences (NMBU) ofrece un curso introductorio multidisciplinar diseñado en colaboración con un antiguo capítulo del APP.
En Berlín, el Instituto de Tecnología y Química de los Alimentos de la Technische Universität Berlin ha lanzado un módulo sobre carne vegetal y otras alternativas de origen vegetal, centrado en los desarrollos de producción de estos productos.
Universidades como Lund en Suecia o Greenwich en el Reino Unido ya incluyen contenidos sobre proteínas alternativas dentro de programas más amplios de tecnología alimentaria, mientras que otros centros europeos están preparando nuevas propuestas formativas.
Nuevos centros de investigación impulsan la transición
Al mismo tiempo, la creación de centros públicos de investigación representa un avance significativo para un sector que hasta ahora ha estado liderado por la I+D privada, lo cual ha generado preocupaciones en torno a la falta de colaboración y la duplicación de esfuerzos.
En el Reino Unido, el National Alternative Protein Innovation Centre (NAPIC), inaugurado recientemente, se ha integrado en una red nacional de cuatro centros. En España, el IRTA ha creado el Centro de Innovación en Proteínas Alternativas (CiPA), y en Irlanda, la University College Cork ha puesto en marcha el Centro de Fermentación Sostenible y Bioprocesos para la Alimentación y la Bioeconomía (SUSFERM).
Estos centros no solo ofrecen nuevas oportunidades a jóvenes investigadores, sino que también consolidan las proteínas alternativas como un campo académico propio, promoviendo una ciencia más abierta, colaborativa y accesible para toda la sociedad.
A medida que los responsables políticos reconocen cada vez más los beneficios de diversificar las fuentes de proteína, como ya se hace también en la Estrategia Nacional de Alimentación presentada por el Gobierno de España en 2025, se vuelve crucial fomentar la colaboración internacional entre universidades, centros de investigación y empresas para superar las barreras que impiden una adopción masiva de estos alimentos.
Formación para una nueva generación de innovadores alimentarios
En un ecosistema en rápida evolución, estudiantes de disciplinas muy diversas están apostando por formarse en este campo emergente, ofreciendo a las universidades la oportunidad de preparar a la próxima generación de líderes en innovación alimentaria.
España, con una sólida tradición agroalimentaria, una red potente de centros de investigación y un tejido empresarial cada vez más comprometido con la innovación, se encuentra en una posición privilegiada para liderar esta transformación a nivel europeo. La combinación de conocimiento científico, capacidad industrial y experiencia en el desarrollo de sistemas alimentarios innovadores, así como nuestra tradición gastronómica de reputación global, puede situar a nuestro país a la vanguardia de la transición hacia nuevas fuentes de proteínas.
Científicos, ingenieros y expertos en políticas públicas formados en universidades europeas podrían desempeñar un papel clave en la creación de productos más sabrosos, accesibles y sostenibles, contribuyendo así a construir un sistema alimentario más saludable, resiliente y justo para todos.